domingo, 3 de mayo de 2009

Ideas sobre Urbanismo

¿Qué entendemos por urbanismo?

Para un comienzo si definimos al urbanismo como el que trata del desarrollo de las ciudades y de sus alrededores, es insuficiente pero nos ayuda a ubicarnos en la temática. Durante la mayor parte de su historia el urbanismo se centró, sobre todo, en la regulación del uso de la tierra y en la disposición física de las estructuras urbanas en función de los criterios estipulados por la arquitectura, la ingeniería y el desarrollo territorial.
Cada momento de la historia del urbanismo corresponde a realidades y necesidades diferentes, podemos definirlo también como la organización de la urbe, la ciudad. Combinar la vivienda, con los edificios públicos, los espacios abiertos. Preocuparse del orden, la seguridad, la higiene y las inquietudes espirituales y estéticas de cada momento; esa sería la función del urbanista.

Urbanismo griego clásico

Nos enfrenta a las características propias del clasicismo griego: racionalismo y antropocentrismo. A partir del siglo VI A.C. se comenzó a usar el plano damero, Hipodamo de Mileto utilizó un esquema geométrico, aplicando los principios de la ciencia jónica y los principios pitagóricos: las matemáticas y la geometría. Los planos son concebidos con una estructura de líneas rectas formando grandes arterias y avenidas paralelas. Crea una retícula basada en cuadrados uniformes. Divide la ciudad en sectores según sus funciones: el aspecto político, el religioso, económico, deportivo y residencial. Estos espacios se comunican en forma fluida.











Plano de la ciudad de Mileto, realizado por Hipodamo de Mileto.



En el siglo V a.c., la retícula ortogonal se convierte en norma para la planificación de la ciudad, hecho que comúnmente se atribuye a Hipodamo de Mileto. Pero no puede otorgarse a este sistema la misma importancia simbólica que el espacio ortogonal de la arquitectura egipcia. El espacio griego fue, más bien, un instrumento práctico para facilitar la planificación y la construcción de nuevas colonias, y como tal su función simbólica no superó la definición de un armazón ‘neutral’, común a todos los ciudadanos de una ‘ciudad estado’ democrática. En el centro de la retícula se encontraba un espacio circunscripto, ‘el agora’, que servía com o lugar de encuen tro. En la ciudad griega faltan los ejes dominantes, y la posición de los edificios principales está aun determinada por el espacio circundante. En Grecia, el asentamiento humano se entendió siempre como un ‘lugar individual’ tal como lo demuestra la reglamentación que establecía límites precisos a su extensión.
Norbert Shulz. “Arquitectura Occid ental, p, 26.

Diagrama de los distintos espacios en la ciudad de Atenas en el siglo II A. C.


Elementos y características de la ciudad griega


Por encima de todo, tiene que defenderse. En sus orígenes, encontramos una colina sobre la que se refugian los habitantes del campo amenazados por una agresión enemiga o por una banda de piratas. Tiene casi siempre una o más acrópolis. Además, el desarrollo de la ciudad baja suele hacer necesaria la construcción de su recinto extendido; (…)

“…No había ciudad sin pitaneo: ‘el pritaneo es el símbolo de la ciudad’(…) En la época en que el Atica estaba dividida en gran número de ciudades, cada uno tenía el suyo; cuando estuvo formada por una sola ciudad, había un pritaneo único, que ahora era la morada del arconte, que había desplazado al rey, pero a la que éste volvía, sin embargo, con los reyes de las tribus para dictar sentencias de un marcado carácter arcaico. Siempre que se fundaba una colonia, los emigrantes se llevaban consigo del hogar de la metrópolis el fuego que había de arder en el nuevo pritaneo…(…)

No lejos del pritaneo se levantaba el Bouleuterion, donde residía el Consejo o Bulé. Cualquiera que fuese el régimen político de la ciudad, el Consejo era un órgano del que no podía prescindir. (…)

Como resultado del régimen constitucional de las polis, el conjunto del pueblo no poseía derechos políticos o, al contrario, los tenían todos; pero, en todo caso, era indispensable que pudiera reunirse. Para esta reunión, llamada ágora, era necesaria una plaza pública que tenía el mismo nombre. Era, ante todo, el mercado. (…)

La plaza destinada a los negocios debía estar, por tanto, ‘en una posición favorable para la entrada de todos los productos, tanto los del mar como los del interior’ y las comodidades que ofrecía para los aprovisionamientos hacía que el pritaneo se situara en sus proximidades. (…)

La capital –cuya preeminencia refrendaban la acrópolis, el pritaneo, el bouleuterion y el ágora- poseía un territorio más o menos extenso que le era necesario para vivir. Allí se encontraban la mayor parte de las casas y el puerto, puesto que la acrópolis, que había determinado la ubicación de la ciudad, estaba situada por lo general a una cierta distancia de la costa, en una posición elegida por poblaciones que temían la piratería. A través del puerto, la Ciudad, cuyos dominios estaban casi siempre rodeados por montañas, se comunicaba con el mundo exterior y añadía a sus propios recursos las riquezas de las que carecía.


Gustave Glotz. “La ciudad griega”, Paris, 1928.


La ciudad para Platón y Aristóteles


Platón: Estructura y características de la ciudad. De los Diálogos


Tener el mar junto a la región habitada es algo agradable día a día, pero en resumidas cuentas es una vecindad amarga y salada. Pues así el estado se llenaría de tráfico y de asuntos comerciales (…)

Antes que nada, es necesario establecer el número total de ciudadanos, y después determinar su distribución en clases, y cuantas y cuán numerosas deben ser. Finalmente se distribuirán la tierra y las viviendas con la mayor equidad posible. La masa total de ciudadanos no se puede delimitar adecuadamente si no es en relación a las condiciones geográficas y política de la zona circundante. (…)

Fijamos en 5040 el número de ciudadanos que tendrán asignadas otras tantas partes de terreno para cultivarlas y defenderlas. Veremos que es un número bien elegido. Dividimos la tierra y las casas en el mismo número de partes de modo que a cada uno le toque la suya. (…) Tratándose de una nueva colonia, anteriormente deshabitada, antes que nada es necesario disponer la parte, por así decir, arquitectónicamente en general, es decir, como se construirán y se colocarán los templos y las murallas de la capital … es necesario situar todos los templos en torno a la plaza del mercado y el resto de las viviendas privadas en núcleos concéntricos sobre las colinas por razones higiénicas y de seguridad. Junto a los templos, la sede de las magistraturas y de los tribunales, los lugares en los que se administra justicia a los ciudadanos han de considerarse como sagrados … sobre todo los tribunales en los que se juzgan los homicidios y otros delitos que se castigan con la muerte… En cuanto a las murallas… soy de la opinión de los de Esparta, dejarlas yacer en tierra y no levantarlas nunca… las murallas no deben de ser de tierra sino de hombres armados con petos de hierros y bronce. (…)

Sin embargo, si realmente son necesarias las murallas, se comienzan a construir con esta función las casas de los particulares, de modo que la propia ciudad sea una fortaleza, y que las casas estén situadas en las calles de forma regular, hechas de la misma manera, adaptadas para la defensa; no es desagradable ver una ciudad que tiene el aspecto de una sola casa, y es también un sistema excelente para la seguridad, tanto de los individuos como del estado, en base a la facilidad con la que se presta a la vigilancia.

Extraído de L. Patetta, p. 65-66

Aristóteles: “Estructura, características y elementos de la ciudad” Textos de “La Política


Es necesario dividir el territorio en dos partes, de las cuales una debería ser común y la otra perteneciente a los particulares, y cada una de estas partes se debería dividir en otras dos: una parte del territorio común se debería adoptar para el culto a los dioses, la otra para el comercio de los mercaderes; el territorio de los particulares se debería elegir de forma que una parte comprendiera las partes exteriores y otra la urbana (…) la conveniencia que la ciudad esté en contacto con el continente y con el mar; además, y en la medida de lo posible, debe tener facilidad de comunicaciones con todas las partes del territorio. También sería deseable que la ciudad tuviera una posición alta y escarpada, teniendo en cuenta cuatro fines esenciales; el primero de ellos, pues es de primera necesidad, las buenas condiciones higiénicas (…). Además, las condiciones topográficas de la ciudad deben estar adaptadas a la administración civil y a razones estratégicas. …Las salidas desde adentro deben ser fáciles, y en cambio sea difícil la entrada desde fuera y, por tanto, la conquista de la ciudad; debe haber gran abundancia de fuentes…

…los edificios consagrados a los dioses y los destinados a los banquetes comunes de los magistrados conviene que tengan un lugar adecuado y siempre el mismo, fuera de cualquier templo o lugar de oráculos, para los que la ley establece sedes precisas. (…) Conviene también que en este lugar se construya una plaza de mercado (…) El sitio sería más atrayente si allí tuviera lugar los ejercicios gimnásticos de los hombres maduros. Pues la presencia de los magistrados infunde el verdadero pudor y la turbación respetuosa digna de los hombres libres. Pero la verdadera plaza del mercado debe ser diferente de esta, y apartada de ella, con una situación favorable para la entrada de todos los productos, tanto del mar como del interior. (…)

Extraído de L. Patetta, Ob/cit. P. 66-67


Actividad:

1.- Vincule las ideas principales del clasicismo griego con la organización de la ciudad.

2.- Compare el pensamiento de Platón y el de Aristóteles sobre la organización de la ciudad.

3.- Relacione las ideas de los filósofos con el plano de la ciudad de Atenas y la concepción de espacio griega trabajada con anterioridad.

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